La organización de Soletanche Freyssinet y de sus empresas se apoya en unos principios únicos que permiten al grupo desarrollarse lo más cerca posible de sus clientes y aportar una gran autonomía a sus filiales locales.
Este modelo de empresa se apoya en las siguientes bases:
- una red internacional de empresas;
- una pericia técnica sin igual;
- un modelo integrado;
- una cultura común.
Una red internacional de empresas
Soletanche Freyssinet cuenta con una red de más de 150 filiales distribuidas en 80 países, lo que garantiza a sus empresas Soletanche Bachy, Menard, Terre Armée, Freyssinet, Nuvia y Sixense una presencia internacional fuerte. Esta implantación, lo más cercana posible a sus mercados y a sus clientes, se ve reforzada por las pericias transversales de los equipos de ingeniería y de grandes proyectos, que ponen las competencias globales del grupo al servicio de los proyectos locales. Gracias a este fuerte arraigo local, las empresas de Soletanche Freyssinet están capacitadas para aprovechar las innumerables oportunidades de sus mercados.
Una pericia técnica sin igual
Las actividades de Soletanche Bachy, Menard, Terre Armée, Freyssinet, Nuvia y Sixense consisten en diseñar y vender soluciones técnicas que permitan responder a las necesidades de sus clientes. Todas las actividades del grupo tienen un importante componente técnico y el dominio de estos aspectos técnicos es la marca de fábrica de Soletanche Freyssinet.
Un modelo integrado
Para lograr un dominio completo de nuestras prestaciones, las ofertas propuestas por Soletanche Bachy, Menard, Terre Armée, Freyssinet, Nuvia y Sixense integran todos los componentes de los proyectos, desde el diseño hasta la realización: ingeniería, suministro (equipo y materiales) y realización. Disponemos de nuestra propia cadena logística en múltiples ámbitos.
Fabricamos a nivel interno nuestras máquinas y los materiales específicos necesarios para nuestros proyectos. Esta organización nos aporta una gran capacidad de reacción, reduce el número de intermediarios para nuestros clientes y permite un mejor control de riesgos.
Una cultura común
Nuestra organización se construye en torno a una cultura común basada en la descentralización. En todos los lugares donde operamos, los responsables de nuestras unidades de negocio gozan de una gran autonomía, con un objetivo de eficacia y capacidad de respuesta. Este modo de funcionamiento nos permite estar siempre más cerca de nuestros clientes y estimular las iniciativas.
Se trata de un modelo que proviene de nuestra dilatada experiencia en el desarrollo internacional de nuestras especialidades. Esta organización es óptima y permite que nuestros equipos puedan concentrarse plenamente en sus especialidades, sus mercados y sus clientes.